Geraldine Novelo, mi psicóloga, decía que al parecer yo me sentía como un personaje más de mis novelas. Quizá por eso, en agosto del 2008 comencé a escribir esta columna, para “seguir nombrando mi tiempo y mi mundo, sin distinguir la realidad de la ficción”. Ideas me sobraban, sabía qué decir y cómo, lo difícil en ese momento era darle un nombre a esas ideas que bullían en mi cabeza. Me encontraba en Barcelona en la casa veraniega de Christian Obregón y Homar Bakali, ellos me llevaron a una playa nudista que teníamos a unas cuantas cuadras. Pronto me hice asiduo visitante de esa Playa pública y escribí mi primer post.
Siempre me he fijado mucho en el cuerpo de las personas. Sus posturas, su forma de caminar, de sentarse. Es un mapa de vida. En esa playa de cuerpos desnudos, tendidos en la arena, descubrí que no sólo yo tenía la columna chueca, sino infinidad de gente que la oculta al vestirse. Ese descubrimiento me llevó a nombrar este blog y a compartirlo con ustedes, los amigos que tenía en ese entonces en mi directorio de correo electrónico.
De regreso en México, Federico Campbell, me aconsejó que le cambiara el nombre, porque tenía connotación negativa y eso no era bueno para un columnista. Me mencionó los diferentes tipos que columnas que hay, las de los periódicos, las militares, las arquitectónicas, las de humo y de todas estas no se imaginaba una que estuviera chueca. Y qué me dices de la columna vertebral, le interrumpí.
Esto me parece que ya lo he contado en anteriores entregas, pero ahora conviene repetirlo. A los 16 años de edad me operaron de la columna en el Centro Médico Nacional del IMSS. Estaba a la mitad de la preparatoria y de la pubertad. Por fin llegaba al término de un largo tratamiento ortopédico que durante años, a veces me revitalizaba y otras veces me dejaba agotado. Entré al quirófano como una quinceañera que espera con ansia bailar ese vals. Me parece que nada me ha marcado tanto como esa operación. Me pusieron la barra que ahora pueden apreciar en la radiografía que ilustra el nuevo fondo del blog. El que Nadir Chacín, desde su empresa Territorio liberado, Servicios creativos y editoriales, renovó con tanto esmero.
Los invito a que lo visiten. Que de nuevo lean algunas de mis chuecas favoritas: Lápiz de carpintero, Domicilio conocido, La madre Rusia o Parque México. En la columna de la derecha podrán ver las portadas de mis libros, y leer en mi web algo de mi poesía o el primer capítulo de mi novela El orden infinito. Podremos estrechar aun más la amistad al buscarme en Facebook, y escuchar algunos Alburemas en YouTube. Conocerme otro poco a través de los blogs que sigo: Palincestos de Patricia de Souza o La trenza mocha de Eve Gil. Y para terminar, los links de algunas entrevistas para engolar el nombre.
Durante casi tres años he conocido a muchas personas, que me han dejado sus comentarios, casi siempre cariñosos, he mandado mis chuecas a varios periódicos de México y al blog de Proscritos, que Marisol Oviaño actualiza en Madrid. Al escribir esta columna, como un diario, he dejado constancia de mis días. He tratado de que nadie más que yo siga escribiendo mi destino, sin dejarme llevar por excesos o circunstancias, por la rutina o las frustraciones, para no dejar de ser el protagonista de mi propia vida.
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Rodolfo Naró, Tequila, Jalisco, 1967. Poeta y narrador. Su novela El orden infinito, fue finalista del Premio Planeta 2006. www.rodolfonaro.com
Siempre me he fijado mucho en el cuerpo de las personas. Sus posturas, su forma de caminar, de sentarse. Es un mapa de vida. En esa playa de cuerpos desnudos, tendidos en la arena, descubrí que no sólo yo tenía la columna chueca, sino infinidad de gente que la oculta al vestirse. Ese descubrimiento me llevó a nombrar este blog y a compartirlo con ustedes, los amigos que tenía en ese entonces en mi directorio de correo electrónico.
De regreso en México, Federico Campbell, me aconsejó que le cambiara el nombre, porque tenía connotación negativa y eso no era bueno para un columnista. Me mencionó los diferentes tipos que columnas que hay, las de los periódicos, las militares, las arquitectónicas, las de humo y de todas estas no se imaginaba una que estuviera chueca. Y qué me dices de la columna vertebral, le interrumpí.
Esto me parece que ya lo he contado en anteriores entregas, pero ahora conviene repetirlo. A los 16 años de edad me operaron de la columna en el Centro Médico Nacional del IMSS. Estaba a la mitad de la preparatoria y de la pubertad. Por fin llegaba al término de un largo tratamiento ortopédico que durante años, a veces me revitalizaba y otras veces me dejaba agotado. Entré al quirófano como una quinceañera que espera con ansia bailar ese vals. Me parece que nada me ha marcado tanto como esa operación. Me pusieron la barra que ahora pueden apreciar en la radiografía que ilustra el nuevo fondo del blog. El que Nadir Chacín, desde su empresa Territorio liberado, Servicios creativos y editoriales, renovó con tanto esmero.
Los invito a que lo visiten. Que de nuevo lean algunas de mis chuecas favoritas: Lápiz de carpintero, Domicilio conocido, La madre Rusia o Parque México. En la columna de la derecha podrán ver las portadas de mis libros, y leer en mi web algo de mi poesía o el primer capítulo de mi novela El orden infinito. Podremos estrechar aun más la amistad al buscarme en Facebook, y escuchar algunos Alburemas en YouTube. Conocerme otro poco a través de los blogs que sigo: Palincestos de Patricia de Souza o La trenza mocha de Eve Gil. Y para terminar, los links de algunas entrevistas para engolar el nombre.
Durante casi tres años he conocido a muchas personas, que me han dejado sus comentarios, casi siempre cariñosos, he mandado mis chuecas a varios periódicos de México y al blog de Proscritos, que Marisol Oviaño actualiza en Madrid. Al escribir esta columna, como un diario, he dejado constancia de mis días. He tratado de que nadie más que yo siga escribiendo mi destino, sin dejarme llevar por excesos o circunstancias, por la rutina o las frustraciones, para no dejar de ser el protagonista de mi propia vida.
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Rodolfo Naró, Tequila, Jalisco, 1967. Poeta y narrador. Su novela El orden infinito, fue finalista del Premio Planeta 2006. www.rodolfonaro.com
14 comentarios:
Felicidades Rodolfo por esta nueva imagen de tu blog, la siento más tuya.
Gracias por invitarnos a leerte y releerte que sin duda, siempre es un placer.
Saludos,
Ana
Hola Rodolfo, ahora que entro a facebook me acerco mas a conocer tu vida,siempre me llamó la atención lo de "La columna chueca" ahora entiendo el origen del nombre.Ignoro tu historia,solo sé lo de tu operación a los 16 años. Me iré enterando parte de tu vida y encontraré donde leerte y sabrás algo mas de Susana ( una mujer argentina).Buenos Aires. Abrazo.
Hola Ana,
cómo te pinta el año, espero que bien, qué bueno que te gustó la imagen de mi nuevo blog, tú que tienes mirada de diseñadora. A mi me encantó.
Te mando besos.
Rodolfo
Hola Susana,
qué bueno el reencuentro en mi nuevo blog y en Facebook, estaremos más comunicados. Espero que esté nuevo año pueda postear más chuecas y seguir en contacto con vos.
Besos,
Rodolfo
Sólo para desearte un muy buen año, y quedo esperando tu próximo libro. He leido y releido el orden infinito, los de poesía los tengo tan desgastados que sus letras están detrás de mis ojos, sobre todo el de amor convenido que llegó a ser compañero de mis días.
Te deseo lo mejor de todo.
Con especial admiración.
MTBD
Nueva Imagen. Nuevo Ciclo.
Que bueno que regresaste,
Se te echaba de menos.
Ha mejorado mucho, cierto. Enhorabuena, Rodolfo.
Hola Rodolfo,
Felicidades por la nueva imagen, y por el regreso de la columna escrita.
Mis mejores deseos para 2011,
Patricia
Chapeau! Mi estimado Rodolfo, te felicito y me felicito por esta nueva etapa de tu blog, por recuperar la pluma y la comunicación.
Recibe un saludo afectuoso y mis mejores deseos de este tu fiel lector.
MTBD,
Gracias por ser de mis primeras lectoras y por llevar mis letras tan dentro de ti.
Besos,
Rodolfo
Hola Leticia,
qué gusto reencontrarnos, espero que sigas escribiendo tan buena poesía como la de tu libro Versos para no dormir, de verdad que lo disfruté mucho.
Besos,
Rodolfo
Hola Marisol,
Gracias por la felicitación, te mando algunas chuecas nueva, a ver qué te parecen.
Besos y saludos por España,
Rodolfo
Hola Patricia,
Gracias y mil felicitaciones en este 2011 que comienza.
Besos,
Rodolfo
Querido César:
un gusto leerte y saber que seguimos tan cerca. Te mando mi afectuoso abrazo,
Rodolfo Naró
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