lunes, 25 de junio de 2012

Háblame niña | Vanessa Ramírez Servín


Querido Rodolfo:


Cállate Niña llegó a mis manos en Bellas Artes, curiosamente casi como empieza la historia.

Mi vida gira en el mundo de la arquitectura pero otra de mis pasiones es el ballet y la fotografía, por eso Cállate Niña me gustó tanto. Ser mujer es exigirse tantas cosas, y como bailarina todavía más, estirar, doblar, saltar, girar, todo las lleva más allá de ellas mismas, de su ser. Nosotras observamos,  a pesar de que se nos juzgue, actuamos, nos mantenemos firmes como el disparo de la cámara, somos ágiles y seductoras como la luz que entra en un espacio, podemos ser Carmen y tantas a la vez.

Muchas veces las mujeres tenemos miedo a vivir nuestra propia realidad, a veces nos gustaría ser otra persona, en el ballet se puede fingir, ser alguien más y escapar de aquello que tanto nos agobia, como Carmen… tan fuerte, tan apasionada, tan sobreviviente, como la protagonista, que al final tan solo es ella, una mujer como cualquiera de nosotras.

Este libro está lleno de sentimientos, de pronto me era tan complejo entenderla, pero al mismo tiempo todo concordaba, pues así somos las mujeres, siempre pensamos tantas cosas, nuestra mente está llena de cientos de palabras que vuelan y nos recuerdan, nos revelan, atormentan, alegran, etc. Nuestra mente nunca se detiene, tal vez por eso “actuamos desde las sombras”, desde adentro.

Dice una frase en el libro “El movimiento es perpetuo y una bailarina no está en sus puntas, sino en su mirada”. A mi parecer creo que con esto Rodolfo Naró nos dice mucho… siempre debemos fijarnos hacia dónde dirigirnos antes de dar el primer paso, pero al mismo tiempo seguir nuestro camino aunque, como diría en otro capítulo, “si detienes un poco la mirada en la foto encuentras aquello que creías que no existe” eso mismo pasa en nuestras vidas y nunca es tarde para voltear, detenernos y observar.

Creo que lo más importante que nos enseña Rodolfo es que debemos salir, captar nuestra esencia, querernos tal cual y como somos y no permitir que nadie nos calle. Debemos encontrar la manera de expresarnos y luchar. No callarnos nunca, pues bien nos dice: “No hay mayor agresión que el silencio”.


Nombre: Vanessa Ramírez Servín Edad: 24 años. Ciudad: México, DF. Compré Cállate niña en: Educal Bellas Artes. Mi comentario: me encantó tu comentario, extenso y certero, es un ensayo completo de la novela.



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