Uno cree que con dos libros en una misma editorial, publicar el siguiente será más sencillo. Pero las empresas cambian de personal y a las gentes les cambia el carácter. Después del paso de los meses y de que Editorial Planeta seguía sin resolver nada de mi nueva novela, intenté con otras: Tusquets, Almadía, Anagrama, Roca, Libros del Asteroide, Periférica y muchas más, fueron once en total. Algunas inmediatamente respondían que no estaban en posibilidad o que su calendario editorial estaba completo para los siguientes cuatro años o simplemente no contestaban nada, como es el caso de las editoriales mexicanas.
Para Cállate niña yo quería una editorial pequeña, independiente, donde pudiera estar en contacto con las personas que deciden, los creativos y los de ventas. Fue en febrero pasado, en la presentación de Jantipa de María Elena Sarmiento cuando conocí Yendi Ramos, jefa de prensa de Ediciones B. Pasamos la noche conversando y al final me dijo que le llevaría mi tarjeta a la editora que, estaba segura, le gustaría mi nueva novela.
Dos días después conocí a Gilma Luque y a pesar de que el flechazo fue inmediato, tardó cinco meses en resolver. En ese tiempo coincidimos en casas de amigos comunes, en presentaciones de libros y al preguntarle sobre Cállate niña, me respondía que aún no tenía nada. Siempre pasa igual con el Consejo Editorial de cualquier casa editora, es tan lento como una cámara de diputados. Hasta que por fin, en un aniversario de la librería Hypatia de Edgar Kauss a finales de junio, me dijo que Cállate niña había tenido un dictamen positivo y que pronto veríamos los detalles del contrato.
Mañana el último fragmento de Cállate niña. El capítulo 12, quizá el más poético de todos.
Sigue estos sencillos tres pasos
1. Compra
2. Lee
3. Comenta Cállate niña.
A partir del 11 de noviembre las lectoras tiene la palabra.
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