domingo, 10 de noviembre de 2013

Crónica de un corazón púrpura

 

A partir del momento que dije, estoy nervioso, ustedes disculparán, liberé la tensión que tenía acumulada desde varios días atrás. Todo iba saliendo como estaba programado, los libros estaban en mesa de novedades y Ely Guerra había llegado sin ningún contratiempo media hora antes del inicio. Nos vimos en la puerta de la librería, iba hermosa con un vestido rojo incendio que tenía reservado para esa ocasión, así me lo dijo la noche anterior en nuestro último ensayo: creo que es mejor que vaya de rojo, ¿no te parece? Me preguntó y le respondí que de rojo, por supuesto.
A esa hora la gente, que mayoritariamente se había convocado por medio de las redes sociales, ya ocupaba casi todo el auditorio de la Rosario Castellanos, desde las 5 de la tarde habían ido llegando, como se comienzan las guerras, poco a poco. Entre ellos se mezclaron las seguidoras de Ely, Carmen Adriana Hernández, Charlie Brown Marlen Alonso, Den Guerra, Nat Geo Vanna, Elyzienta de Guerra y mis lectores, quienes conocían cada verso de Del rojo al púrpura mejor que una rosa conoce el filo de sus espinas, ellos esperaron trece años para volver a abrir sus páginas. Ximena Herrera, Bere Amor Sánchez, Coral Ávila, Janco Pereira, me dijo que con estos poemas había enamorado a Rocío Meza, su actual compañera y Pilar Muñoz, muy valiente, presumió haber aprendido a vivir plenamente su sexualidad, después de terminar la lectura de los alburemas.
Trece años pasaron desde su primera edición en editorial Planeta y un año de planear este momento, de ver cuatro, cinco, siete opciones de la nueva portada, inspiración de Ana Trejo, que al final resolvió reinventar el diseño original de hojas de otoño pero con una foto suya, significativa y colorida, una foto de hojas secas del bosque de La Primavera, orillado y profanado por la mancha urbana de Guadalajara. Un año para encontrar el nombre de la editorial que abrigaría un proyecto desmesurado, como suele ser cualquier rescate, hasta que dimos con él: Enésima.
Algo así fue lo que les dije a los más de 200 lectores que nos acompañaron a Ely y a mí la noche del pasado 5 de noviembre en la lectura de Del rojo al púrpura, por enésima vez volveremos a leer estos poemas, por enésima vez ustedes se preguntarán si todavía existen las sábanas verdes, por enésima vez la música y la palabra se reunirán en un verso de colores de infierno. Mientras hablaba, veía los múltiples celulares que grababan cada momento, cada gesto, cada mala postura, yo les había pedido en Facebook que lo hicieran, que Ely y yo queríamos ser testigos de nuestra propia lectura. En primera fila estaba Angelito Heart, que con su iPad iba devorando imágenes como suspiros.
Ely empezó con “Ya no me ladran los perros”, su voz sonó potente, melodiosa y serena, me transmitía la seguridad de sus años en el escenario. Las hojas que leía las tiraba a sus pies, hasta hacer una sábana de otoño que me revivía la escritura de aquellos poemas, trazados entre 1995 y 1999, después de haber padecido lo que Ely respondió en la ronda de preguntas: “el amor duele, el amor también es maravilloso, el amor es jodido y el amor el fantástico”.
Cuando llegó mi turno comencé con “Declaración de fe”, “Así de fácil”, “Lo que se llevó tu adiós”. Volvió Ely con su carga de emociones y enseguida yo con un poema a dos voces: “El remedio”. Antes de los primeros cuarenta minutos planeados concluimos con los alburemas y el aire se liberó de tensiones, de llantos contenidos, de nervio anudado, como mi corazón, goteando un púrpura infinito.          


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Rodolfo Naró, Tequila, Jalisco, 1967. Poeta y narrador. Del rojo al púrpura, un clásico de este siglo, vuelve más púrpura que nunca |  www.rodolfonaro.com



2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Rodolfo agradezco que nos menciones en tu columna un honor y un privilegio contar con la amistad de un poeta como tu gracias rocio y janco

Rodolfo Naró dijo...

Gracias a ustedes por acompañarme ese día y seguirme leyendo.

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